La lluvia era fina, le acariciaba molestamente mientras daba su rutinario paseo nocturno, cuando en el callejón del viento, a la ténue luz de las viejas farolas, se cruzó con aquella chica que lloraba desconsolada, caminando sin rumbo aparente.
Le partió el alma ver en esa cara la tristeza, la desolación… y como en un momento de lucidez ella agarró su teléfono móvil para hacer una llamada y continuar la discusión que le había hecho llorar justo desde el punto en donde la dejó.
Es entonces cuando él se dio cuenta de que nada podía hacer, y como un estribillo constante, en un loop infinito, la diosa musa le regaló unas frases que tarareaba mentalmente:
«Tus grandes esperanzas están rotas,
ya nada podrá ser igual…
te veo llorar y me rompes el corazón,
te quiero ayudar, pero tú no me conoces…»
Hola! me gusta mucho tu blog, de verdad que sí sabés expresarte y entré en una conclusión de que es muy bueno escribir para expresarse, sólo (en mi caso supongo) que es cuestión de conocer más las palabras. yo tengo 13 años y me gusta escribir aunque nunca hize poesia o algo así, sólo historias pero no son para decir «qué buenísimas!», pero me dí cuenta de que no es nada dificil. seguí asi! me inspiré bastante y me relaja leer cosas que me agradan y le encuentro sentido, siendo que no soy de leer mucho y como hoy me puse a buscar en internet páginas para leer un poco encontré tu maravilloso blog.
Un saludo desde Buenos Aires! yo Florencia 🙂