Hecho real. La foto, obviamente no es mía… pero sirve como ilustración para esta historia.
Tarde de sábado. Tras una copiosa comida en un restaurante apañadito con mis padres y mi chica, nos dimos una vuelta por tiendas y boutiques del centro de Zaragoza. Cansados por la gran digestión y por el periplo entre escaparates y probadores, llegamos al Corte Inglés. Planta de caballeros. Miramos trajes, camisas, complementos… pero advertimos que nuestra vejiga no da para más y hemos de visitar los servicios.
– Al fondo a la derecha.
– Gracias, vamos para allá.
Como sabéis, a los servicios se accede por un vestíbulo junto a los ascensores, en el cual están las dos puertas, caballeros y señoras. En el WC de señoras, había cola para entrar. Curioso tratándose de la planta de caballeros. No le dí más importancia, se ven cosas tan raras que es difícil sorprenderse ya por nada.
El aseo de caballeros está despejado. Mi padre y yo, entramos cada uno en una cabina individual, de las que tienen taza. Había tres. Yo entro en la de la derecha. Mi padre en la de la izquierda. Queda libre la central.
De repente, mientras cambio el agua al canario, un jolgorio femenino se escucha. Parece la voz de un grupo de chicas jóvenes, que ha optado por entrar al WC de caballeros debido al tumulto formado en el de señoras. Sigo a lo mío, pensando:
-¿Por qué todas las chicas quinceañeras, cuando van borrachas, parecen el coro de «Dinamita pa’ los pollos»?
Lo que se escuchó a continuación tiene miga… todas las conversaciones del tipo «jo tía», «co» (equivalente maño al «neng», «nano», «tronco»…). Pero lo más fuerte… a parte de lo gracioso de «me pica el chocho» o «me he salido fuera» (se ve que no somos nosotros los únicos que a veces no apuntamos bien) se escucha una especie de golpe seco, como un tropiezo con impacto en el suelo.
– ¿Qué te pasa? ¡Levanta!
– Vaya pedo tía, nosequé…
– ¿Pero cuantas te has metido?
– Sólo una, pero muy gorda y larga…
– Si me quieres prométeme que no te vas a meter más
– Te lo prometo, tía… pero es que estaba tan bueno el que me la ofreció que no le podía decir que no…
Las tres «pibitas» en cuestión no sumaban 50 años juntas, así que imaginaros el percal. Al salir del servicio, las piernas de una de ellas salían por debajo de la puerta del retrete. Dantesco.
Juventud dañada, vivir deprisa, carencia de valores (aunque seas progre o de izquierdas, puedes y debes tenerlos… no es una palabra reservada solo a meapilas y conservadores).
Esta es la generación del futuro, futuras madres, empleadas, etc.
Tras lavarme las manos y salir del servicio, miré atrás y ya habían salido. Menudas caras. No sé como narrarlo. Pero seguro que os lo imagináis.
Me dio mucha pena y asco al mismo tiempo. No sé donde va a ir a parar todo esto. Cuánta gente en frenopáticos a los 40 de edad, ¿no creéis? Hay drogas y drogas… pero sobre todo, debe de haber mesura.
Escuchando:
Azul – (Elefantes)
No creo que educación y valores se deba asociar a meapilas y conservadores, estoy contigo en que la juventud se va perdiendo poco a poco o mucho a mucho según los casos. Apenas queda respeto en esta sociedad y la culpa la debemos asumir todos, porque vamos dejando que la generación que viene empujando se salte todas las normas, cuando era pequeña me enseñaron que la libertad de uno termina donde empieza la de los demás y con esto nos enseñaban a que tenemos tanto derecho como los demás, que no estamos solos y que no podemos hacer lo que nos dé la gana, nos enseñaron respeto y tolerancia y hoy parecen palabras añejas y siempre fuera de contexto.
La culpa es de todos, no se puede obviar la educación porque la que nos impusieran a nosotros fuera demasiado estricta,¿es de progres ser maleducados? Espero que no.
Besitos
Duele.. qué será de nuestros hijos pues? qué es lo que está fallando.. en fin, pienso como white que la culpa es de todos, seguramente.
Un saludo
bbbbbbbbbbbbbbbuf, pues yo el sabado por la tarde pillé los ferrocarriles catalanes y se subieron en una parada determinada un grupo de 5 tios y 2 tias todos borrachos. Eran unos kinkis de cuidado. uno no paraba de decir te voy a rajar que rajo a mi madre y me quedo tan ancho. otro le decia a las tias, vosotras sois mias, especialmente tu la de blanco…y acompañado de «me suda la polla», «pegaré de ostias a los nacionales», etc etc iban borrachos y no debían de tener mas de 14 años. Yo acojonada y medio vagón igual. Lo pasé realmente mal. Si ese es el futuro, vaya futuro mas negro.
Muy acertado y verídico el post, el primer comentario de white me ha llegado al alma, estoy totalmente de acuerdo, es una reflexión muy buena y con la que me siento identificado, sobre todo con lo de la libertad de uno termina donde comienza la del otro. Este tema de la educación y los valores me toca bastante porque soy profesorillo, no vamos a cambiar el mundo, pero como decía mi tutor, lo importante es sumar, sumar cosas positivas, eso contribuirá en algo bueno. Un saludo.
Hola Vania!!!!
Supongo que algo estamos haciendo mal, pero no sé…
besos!!
Tienes razón. Sensaciones similares he experimentado cuando veo aquí a las jovencitas de 15 años tiradas por las calles, borrachas perdidas. Ni ellos ni ellas saben beber por estos lares pero ellas parece que llegan a extremos mayores. Digo yo: no podrán beber y disfrutar sin llegar a tener que estar tiradas literalmente por los rincones. Como dices es dantesco, y lo que es peor aún es que dan penan.
En fin…
ni te cuento los cuadros de ansiedad que veo en mi trabajo… ¡y soy masajista!!!
prefiero no imaginarme los que verán en urgencias
qué absurda manera de tirar una vida (no tenemos ni idea de la que se nos avecina en unos años, cuando todos los pastilleros empiecen a manifestar síntomas a la vez…)
un abrazo
Estoy de acuerdo con White.
A nosotros quisieron cortarnos las alas, y ahora la cagamos dando demasiada cancha a nuestros hijos (a quien los tenga)sin tón ni són.
Hay que educar en un clima de libertad, pero no de pasotismo.
Bueno, me callo no vaya a se que me traten de retrógrado.
Saludos
Pues yo, que me siento igualmente aterrado cuando veo, escucho o leo escenas como la que describes, en lo que no estoy de acuerdo es en lo «menuda juventud» y esas cosas.
Hace un par de días, mi hija veía «The Filth and the Fury», el docu de los Pistols y parecía asombrada y seducida por lo mismo que me asombró y me sedujo a mí: la actitud provocadora, contestaria y… reconozcámoslo: imbecil, terriblemente imbécil. Una actitud vacía, idiota, que no reiste el menor análisis, es verdad, pero que a los adolescentes fascina.
Desde siempre, los jóvenes han querido ser diferentes. No creo que los jóvenes de ahora sean peores de lo que fui yo; como yo no no me creí peor que mis padres.
Pienso que, sencillamente, son jóvenes y cuando eres muy joven te falta anchura de miras, bagaje, equipaje intelectual.
Si hay una diferencia, creo que es la educación, en el sentido de la instrucción. Lo que les enseñamos en el colegio y en casa. Y eso, que sean así de burros, no es culpa suya, sino nuestra.
Somos quienes debemos enseñarles y les enseñamos una mierda. Si carecen de valores es porque no se los hemos mostrado.
Yo entono el mea culpa, por mi parte y trato de resolverlo en mi pequeño campo de acción.
Un abrazo, compañero.
Estoy totalmente de acuerdo contigo Athos. No me pareces nada retrógrado. Sólo una persona con sentido común. Pero es que el sentido común escasea tanto…
holA!gracias por el comentario!!!!!! como siempre!
paso por aqui para despedirme hasta la semana que viene como decia en el blog estaré ausente, asi que os dejo un beso a todos y hasta pronto! 😀
Ah, yo el sábado noche también después de salir de un restaurante y con el vientre bien atestado, nos tropezamos por la rambla con dos chicas adolescentes con tacones de aguja de 10 cm medio desnudas y bien despiladas con carita de irse a la discoteca.
Nos quedamos pasmados, unos decían, yo pienso en los padres, yo que no, que yo pensaba en las niñas… No obstante, seguro que en la discoteca se metieron al baño y se despatarraron en los suelos…
Yo prefiero no saber nada de las drogas (ni siquiera de las que otros se meten). Porque me molesta a mi vida pensar en esa degradación…
Joder, me he quedado impactado por el relato. Nosotros podemos perder la cabeza por una mujer, pero llegar a ese extremo…
¿como será el futuro para nuestros hijos? que miedo el no saberles educar bien.o se relacionen bien
Me preocupa
Hola Vania!! Lo de los preservativos marca Firefox era broma. Gracias a freaks y nerds varios, a los que tengo la suerte de contar como amigos,voy aprendiendo. De momento ya me he sacado el Norton de encima, y bueno, pues esto seguramente será el siguiente paso. En pocos meses he perdido un montón el miedo a «tocar botones» en el ordenador.
Apuntar a los hijos a un deporte cuando son pequeños y llevarlos a los partidos cada fin de semana es sacrificado, pero de momento (toco madera) mis dos chicos de 14 y 15 no están en absoluto interesados en las discotecas. Estudios y deporte, y no tienen tiempo de más. Que dure.
White:
El respeto… la falta de tiempo para la educación… ese es el quid de la cuestión. Yo también creo que ser progre no es sinónimo de relajación de esos valores.
Azzura:
Claro que duele. Pero también da repulsa el tratar de ayudar y que te contesten mal… «no estás en la onda, carroza». Ya ves. Esperemos que en próximas generaciones la cosa mejore.
Lost:
También yo me he sentido cohibido frente a grupos de chavales de 10 años menos de los que cuento. Es triste, no le temen a nada, no respetan a nadie. Ni a ellos mismos.
Piensa:
Esperemos que el tema se solucione. Puede que la culpa de todo sea el trabajo y la vorágine de los padres, que no pueden atender a sus hijos. Antes la tele educaba, ahora enseña a ser así.
Norma:
Algo de autocrítica honesta sería necesaria. Y nunca es tarde para enderezar el rumbo.
Chocoadicta:
En el tema de las chicas es más sensible… los tíos siempre hemos sido el rol bruto, casi se asumen esos excesos… pero la ternura de una niña manchada por estos episodios es algo que no puedo asumir. A lo mejor algo machista, o a lo mejor proteccionista de la delicadeza fémina. No sé.
Paula:
Veremos como andan los frenopáticos dentro de unos 15 años. Terrible panorama.
Athos:
Tú lo has dicho, pero tampoco creo que nos cortasen las alas. Nos dijeron donde acababa nuestra libertad y donde empezaba la del otro.
Wolffo:
Eso es lo que hay que hacer, ocuparse cada uno de su parcela, de su campo de acción. Bien por tí, compañero!
Norma:
Nada que decir. Tienes razón. Y Athos también!
Lost:
De nada… y pásalo bien!! (pero sin esos excesos, you know!)
Johnny:
Usted es un hombre íntegro. No me cabía la menor duda. Pero no está de más interesarse por el tema y tratar de aconsejar y/o ayudar, aun a riesgo de que le tachen de carroza o conservador. En este tema hay que ser tajante, creo yo. Y eso que de vez en cuando fumo algún canutillo…
Kraichek:
Hay que andar con pies de plomo, pero hablar de estos temas sin tabúes y explicando los mínimos pros y múltiples contras de según que drogas…
Norma:
Ya me imagino!! No obstante, te recomiendo encarecidamente que pases a Firefox.
A tod#s, como siempre, 1000 gracias por dejar huella.
Salud/OS!
Valores. Todo se reduce a la falta de valores.
Yo, nacido en el 68, en mis años mozos he bebido mucho (3 etílicos, uno con vuelta al ruedo al hospital en ambulancia me avalan) me he drogado, poco, pero lo he probado (chocolate, maría y alguna rayita) he pasado noches enteras de fiesta, pero jamás he dejado de ir a trabajar por ello. Desde los 16 años currando. 18 de ellos los he trabajado de discjockey. Imagínate, mujeres, drogas, alcohol, mas drogas, mas alcohol, mas mujeres… Imagínate lo que he tenido a mi alcance.
Con casi 40 tacos, pequeño empresario, casado, con una niña preciosa y otra en camino… No fumo, no bebo, no voy con hombres (je, je)
Valores. Los valores te los da la educación que recibes en la escuela y, lo mas importante, la familia. Los valores te enseñan donde están los limites, hasta donde puedes llegar.
Hoy en día, la familia espera que sea la escuela quien inculque esos valores a los hijos. ERROR. La pieza fundamental de nuestra sociedad, es la familia. Son los valores.
Llámame carca.
Toma tostón que te cagas.
Salu2.
Le aseguro que no todos los jóvenes somos así.
Se lo aseguro.
Mañana mismo me iré de picnic con mis amigas, tan tranquilas.
Charlar y disfrutar de la conversación.
Comeremos huevos encapotados, tortilla de patata y pastel de chocolate, porque nosotras somos así de pijas.
Cuando salimos no nos emborrachamos, ni nos drogamos.
Sólo una de nosotras fuma.
Nos tomamos una copa (yo soy fiel a la cerveza, no soporto el garrafón) pero no necesitamos forzar el hígado para disfrutar.
Pero sí, es una pena, hay muchos jóvenes así.
¿Son ellos nuestro-mi futuro?
¿Los «profesionales» del mañana con los que tendré que compartir asiento en la oficina?