Deprisa. Sin tiempo que pensar. Sin saber que decir.
Tormentas de ideas constantes, que no remiten ni en siestas ni en sueños nocturnos, supuestamente reparadores.
Concentrado en el interior, absorto en el exterior. Compleja e inexplicable contradicción simultánea.
Aceleración constante de pensamientos y sensaciones que transmiten desasosiego y te hacen estar distraido.
Mente llena de pensamientos fugaces, preocupaciones vanales y esperanzas alcanzables.
Tratas de tomar la botella contenedora del mensaje, para buscar la explicación. Y te esfuerzas. Y la alcanzas.
Pero al final del todo, el mensaje está vacío.
Escuchando:
Amo Dejarte Así – (Gustavo Cerati)
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