Escalera

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– Solo tardo un segundo – le dijo a él

Impaciente, esperaba en el hall, bajo la escalera, mientras escuchaba sonidos de cacharros de maquillaje entrar y salir rápidamente de algún cajón del mueble del baño.

Él iba impecable, con ese traje con el que se sentía el rey del mundo.

Ella apuraba frente al espejo. Últimos retoques. Tenía que ser perfecto.

En efecto, ella estaba deslumbrante. El sueño de todo hombre, era estar con esa mujer. Ella se sabía hermosa. Él, afortunado, envidiado…

La velada prometía. Gran restaurante. Cena romántica. Incluso violines a la luz de las velas, joder, eso no pasa todos los días. Después baile, cava, dulces… y una gran suite reservada para hacer locuras nuevas con el amor que les sobre, que cantaba aquel…

Pero de repente algo cambió. Fue como si una misteriosa voz, llámalo conciencia, llámalo el brusco despertar a la realidad, hiciese que todo lo planeado con complicidad e ilusión, se fuera al traste.

– Mejor lo dejamos, cariño –

– ¿Acaso te encuentras mal? ¿Cancelo la reserva? –

– Creo que no lo has comprendido… te digo que mejor, lo dejamos. –

No hubo nada más que decir. A veces los contratos ya no de palabra, sino de mirada, son los que tienen más vigor que los que puedan plasmarse en insulsos papeles con firmas inertes.

Escuchando:
Imagínate El Aire – (Las Novias)

Written by el_Vania

    16 comentarios

  1. linmer 1 septiembre, 2007 at 15:12 Responder

    Cuánta razón tienes con lo de los contratos de mirada… Una historia sorprendente, como lo es la vida. A veces, de repente y haciendo la cosa más absurda, una especie de halo de trascendencia te absorve yte das cuenta de cosas que llevaban dos o tres vidas encerradas en ti.*

    Un abrazo,

    linmer

    *Y a pesar de todo, el cielo y el suelo siguen en el mismo sitio.

  2. Bohemia 1 septiembre, 2007 at 15:19 Responder

    Esas voces interiores…debemos escucharla más…darles más importancia…contratos de miradas, que se vuelven frías…que es mejor rescindir…

    Que post más chulo…
    Te felicito…

    Bss

  3. george 1 septiembre, 2007 at 18:15 Responder

    La belleza es una virtud que se pierde con la costumbre.
    Si no hay nada más…
    Un abrazo!

  4. paula 2 septiembre, 2007 at 0:30 Responder

    No todo es el escenario. Si el guión es insulso…

    el romanticismo no es una escena. El romanticismo lo llevamos dentro, con la química que se despierta entre los dos. Y eso, raramente coincide con las velas y los violines.

    ¿lo que más me gusta del post?

    que el protagonista escucha su voz interior, la que puede ayudarle

    Un abrazo

  5. lost 2 septiembre, 2007 at 11:45 Responder

    jolin que corte!
    me ha encantado la foto de ese comedor….es el comedor de mis sueños!

    pero eso puede ocurrir asi? pobre…cuanto dolor!

    como estas?

  6. Pensamiento 2 septiembre, 2007 at 16:23 Responder

    JOpe!!! ufff… ¿Casualidad… destino? «LO QUE ES, ES»

    Me ha gustado mucho el post, aunque creo que me he perdido un poco, sobre todo al leer el resto de contertulios o comentarios al post original, la foto increíble, vaya habitáculo jeje.

    P.D: No se bien que habría hecho, si permanecer, o irme solo a la swit, a veces no somos culpables de los hechos, simplemente a veces las cosas ocurren y nos envuelven… No rompas esa foto… lo que fue también fue.

    P.D2: UN abrazo

    P.D3: La cuarta PD la hace un colega

    P.D.T:

  7. tale 3 septiembre, 2007 at 14:11 Responder

    por que «huir» de lo que codicias?…no se esas cosas nunca las llegare a entender…

    bonito post ;).besoos

  8. Bohemia 3 septiembre, 2007 at 18:57 Responder

    Vania, gracias por tus palabras y tu apoyo, de verás, se agradece.

  9. Sherezade 3 septiembre, 2007 at 21:21 Responder

    Las miradas a veces son tan certeras como un estilete clavado en el tuétano (e incluso igual de dolorosas). Y pasa en ocasiones que la vida te da un giro, se contrae y al volver a su sitio las cosas ya no son iguales…

    P.D: Que no comente no significa que no venga por aquí, sólo que no me ves 😉

  10. aspirante 3 septiembre, 2007 at 22:35 Responder

    Él me pareció un calzonazos, ella; una aguafiestas.
    Contratos de mirada, curiosa apreciación, yo diría comunicación no verbal.
    saludos nos leemos

  11. Morgana 4 septiembre, 2007 at 10:00 Responder

    Encantador relato… sin final feliz, por supuesto… como la vida misma.

    Besos guapo!

  12. sergisonic 4 septiembre, 2007 at 12:37 Responder

    final de capítulo abrupto. la vida es un libro… no. la vida son capítulos de un libro.

    no me hagan recordar.

    saludos sónicos!

  13. Pensamiento 4 septiembre, 2007 at 13:18 Responder

    Sentado a tu lado, imaginate el aire sin respirar, si el espejo del alma es tu oscuridad, imaginate el aire, el aire…

    Gran temazo de las novias!!! Aunque me gusta más la de «Araño las ventanas de tu habitación las cosas cariño no son como son… sabes que hay mundos de sueños cerca de aquí…»

  14. athos 6 septiembre, 2007 at 11:52 Responder

    Hay miradas que matan amigo.
    Uff, qué mal rollo, ¡qué desazón!
    Un abrazo

  15. Hasta los cojones 6 septiembre, 2007 at 12:11 Responder

    Pues yo soy de los que piensa que si la cosa acaba así es por que debía acabar así, no hay que darle mas vueltas, seguro que el destino le llevara a la persona adecuada que, por supuesto, no era ella.

    Un abrazo, compañero.

  16. wolffo 12 septiembre, 2007 at 10:39 Responder

    Magnífico, de verdad. Lo único que me rechina es la foto. Es la casa más fría que he visto en mi vida. Aunque, tal vez, es por eso que la has puesto.

    Un abrazo.

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