Hay algo con lo que no puedo: la mala educación. Lamentablemente es algo que va apareciendo cada vez mas y a veces es incontrolable. Esta noche estaba volviendo a casa en el autobús, cuando un pendejo que ha subido ha iniciado el reproductor de música de su teléfono móvil para regalarnos a todos los pasajeros un abominable reggaeton. Siempre he pecado de ser muy poco tolerante con la música que no me gusta (si no queréis oír palabras amables saliendo de mi boca, entonces no tenéis mas que ponerme al canto del loco, delincuentes, gandules, melendi…)
Pero lo de hoy ya ha sido para (hablando claro y mal) cagarse. Los pasajeros atónitos nos mirábamos con cara de no estar creyendo lo sucedido, pero ninguno hacíamos nada para evitar que aquél energúmeno nos amargase con sus desagradables y monótonos sonidos. Cuando por fín me he decidido a cesar el incesante y agonizante patum patum, patum patum, le ha entrado una llamada y se ha puesto ha hablar, y la siguiente parada era la mía.
¿Tanto le costaba ponerse unos auriculares? Es una buena forma de escuchar la música que te gusta sin dar por el culo a los que tranquilamente estábamos viajando del punto A al punto B; además la batería del iPod estaba muerta…con lo que no podía combatirlo con nada. ¿De verdad no se daba cuenta de que estaba molestando a todo el autobús? ¿Cómo puede haber gente así en el mundo? Las personas han de ser libres para hacer lo que les plazca…siempre y cuando no molesten a los demás, ¿no?
iPod cargándose 😉
Grrr… odio el reggaeton. Ni te cuento si hay más de un energúmeno sin cascos y los pumba pumba se montan. Los encerraba en una habitación a escuchar «eso» a todo volumen una semana seguida.
Salu2.
Ya se lo que es ya… soy usuaria de los mismo buses que tu y con los mismos cos…. ais
besicos
Es evidente que hay energúmenos que a todavia no saben lo que son los auriculares. Yo le metia el movil por via rectal… y asi lo interiorizaba mejor y dejaba de molestar a los demas 😛
A veces me gustaría ser como Bill Foster en la película «Un día de furia» y arremeter contra toda esa escoria humana que no respeta a los demás.
Esta es una de esas situaciones en las que yo siempre pienso en una pistola desintegradora o un rayo fulminador.
Querido, estoy absolutamente convencida de que saben que molestan, eso les ayuda, les retroalimenta, quieren «jorobar». Yo procuro hacer como que no pasa nada. Exactamente igual que cuando pasan conduciendo con la música a todo volumen y todas las ventanillas a tope, ¿tienen calor?, ¿son sordos?. No, quieren que se les vea y se les oiga. Yo ni miro. Un beso para tí y un rayo fulminador para todos ellos.
estoy contigo, tolerancia cero en el tema musical y mas en el autobus.
Tengo una duda, yo estoy por hacerme un blog en wordpress, merece la pena? me parece mucho mas accesible q blogspot. Es sencillo? tu diseño es muy bueno, pero mis ideas de informt son nulas, me lo recomiendas? me hice ya una cuenta, pero esta la todo en inglés!
un abrazo
Kraichek, si te parece te respondo por correo electrónico, que es ligeramente extenso 🙂
Estoy con alkerme… cuanto menos caso, mejor.
Saludos
todo esto esta muy bien…pero yo tengo una pregunta ¿donde quedo tu latinez congenita?
pd:por fin escribiste en la ciudad!
ppd:pan con atún!
Yo quiero excusar al energúmeno aun con peligro de ser reprobado por la mayoría y convertirme yo en otro tanto. Pero hay gente que vive al límite; personas enfrentadas con una sociedad que los aturde. Normalmente es gente marginal, aislada, agobiada por demasiadas frustraciones de la vida. De repente encuentran en una música insoportable un juguete con el que retroceder a tiempos de infancia en los que llamaban la atención con cualquier tontería, y deciden regresar a aquellos tiempos mentales, si es que no viven habitualmente en ellos. Ya saben que no funcionará. Pero es que no tienen muchas más opciones. Pongamos algo de excusa. No hay maldad; es que no hay más.
En Madrid ocurre constantemente. Te subes al autobús, o al metro, y a los 10 segundos ya está el calorro o la Jenny de turno con la puta mierda distorsionada saliendo de su móvil.
El primer impulso es levantarte de tu asiento y metérselo por la boca (el móvil). Quizá el sonido mejorase. Normalmente aguantamos los impulsos homicidas y nos cagamos en dios (dicho suavemente). Pero no debería ser así. Quizá desde aquí podamos hacer un llamamiento a los que compartimos transporte público en todas las grandes ciudades…
Joder, en tu post has nombrado a uno de los grupos más repugnantes de cuantos han existido: los gandules. Agggggggg (en confianza, conozco a uno de ellos. Quizá sea culpa mía que haya llegado a la edad adulta)
Yo pienso que la reNEDucación y la castración química, pueden ser una solución.
😀
Salud/OS!
A mí también me fastidia la falta de educación y lo fácil que se extiende por ahí. Mira tú que algo parecido me ha pasado a mí en la cafetería el domingo por la mañana. Toda la gente allí descansando con sus libros y sus conversaciones discretas hasta que ha llegado uno con música en el móvil o lo que fuera…
Está claro que los hay que prefieren llamar la atención, para fastidio de otros…
Que fastidio de tío, es que los hay…
Saludos!
De acuerdo contigo, no todos tenemos los mismos gustos musicales y en esos lugares que compartimos no hay que imponerlos.
Y luego reggeaton… a quien se le ha ocurrido eso?
ante todo…GRACIAS
el Vania cuanto me gustaría echarme unas cervezas contigo…que conversación
jejejeje
Eh delinqüentes mola
Por lo demás totalmente de acuerdo.
Tampoco hemos hablado de las conversaciones ajenas irritantes. Aunque también las hay a veces que te hacen esbozar una sonrisa, todo hay que decirlo.
El futuro se perfila negro y la mala educación de las generaciones que nos suceden, es más que preocupante. Miedo es lo que me da a mí. Pero la culpa no es de los padres.
¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOO!!!
Yo le hubiera hecho tragar el puto móvil…
Un abrazo.
No se si he enviado el comentario o no. No lo veoooooooooo…
Jo, ya he intentado 7 u 8 veces publicar el comentario y no hay manera…
Solo puedo estar de acuerdo contigo, Ecks, en serio. Pero hay una cosa que pica mi curiosidad. Las personas de aspecto apacible, como tú, no son fáciles de «desencasillar». Un día, cuando estéis grabando un Telehuevo, le voy a decir al Vanitas que te ponga una de Melendi, sólo para ver cómo reaccionas. Es raro ver a personas tranquilas perder los nervios.
¡Un abrazo!
Solo por ver esa reacción, puede que lo haga… aunque yo también soy de los que prefiero que bailen… al extremo de una soga!!
🙂
Salud/OS!
La música es lo que tiene: que si es la que te gusta, mola, pero como te la impongan, te revienta. Por lo menos a mí. Mi ex novio, de hecho, es un melómano terrible, y más de una vez me he tenido que tragar temas infumables de rock sinfónico porque a él le encantaban… Cuando a uno le gusta la música, ser respetuoso es muy importante.
Besitos.
Desde luego esa conducta puede mejorarse… veo que has expulsado la rabia e indignación del momento en este post jeje.
La mala educación se vive en todos los rincones, hoy en una clase de primaria donde imparto un taller de escritura ha sido imposible que los niños que leían fuesen escuchados. Todos querían leer su trabajo pero ninguno se callaba para oir a los demás por más que les pidiese silencio parecían no escuchar. No sé qué pasará con estos alumnos, pero estoy casi seguro que serán de los que regalen su «odiosa» música a todos los que pasen por su lado.